En el ámbito europeo, se ha definido el discurso de odio como el: “…fomento, promoción o instigación (…) del odio, la humillación o el menosprecio de una persona o grupo de personas, así como el acoso, descrédito, difusión de estereotipos negativos, estigmatización o amenaza con respecto a dicha persona o grupo de personas y la justificación de esas manifestaciones por razones de ‘raza’, color, ascendencia, origen nacional o étnico, edad, discapacidad, lengua, religión o creencias, sexo, género, identidad de género, orientación sexual y otras características o condición personales” (ECRI, 2015).

Entre las causas estructurales que alimentan estos discursos destacan factores como la desigualdad socioeconómica, las violencias y discriminaciones sistémicas (p.ej. exclusión en el acceso a la educación, empleo, vivienda, sanidad…) y los estereotipos y prejuicios históricos hacia ciertos colectivos, como las minorías étnicas, las personas migrantes, las mujeres y el colectivo LGTBIQ+. A esto se suma el papel de los medios de comunicación que amplifican narrativas que refuerzan los estereotipos y prejuicios, contribuyendo a su aceptación social. En este contexto, los discursos de odio se normalizan y se propagan, reforzando así la exclusión y la desigualdad social.

Para entender cómo se originan y escalan estos discursos, una herramienta útil es la pirámide del odio (Ajuntament de Barcelona, s.f.). Esta imagen ilustra cómo las actitudes y comportamientos de intolerancia crecen progresivamente, desde prejuicios y estereotipos cotidianos e invisibles hasta expresiones de violencia más visibles.

 

 

Como puede apreciarse, los discursos de odio que escuchamos en redes sociales y otros espacios públicos son la parte visible, pero están sostenidos por un entramado más profundo de desigualdades y actitudes normalizadas que sostienen la violencia. Además, si no se abordan y hacen frente, pueden escalar hacia formas de violencia más directas y explícitas. Entender la pirámide del odio es esencial para abordar críticamente los discursos de odio: al visibilizar y desafiar tanto las formas explícitas como las ocultas de violencia, podemos empezar a desmantelar las estructuras que perpetúan la desigualdad y construir una sociedad más justa e igualitaria.

Poniendo el foco en nuestro contexto, España ha experimentado un preocupante auge de los discursos de odio, con un incremento del 21,35% en delitos de odio entre 2022 y 2023 (OBERAXE, 2024; Ministerio del Interior, 2024; Observatorio de pobreza, desigualdad y exclusión, s.f.). Las principales motivaciones incluyen el racismo y la xenofobia (35,4%), la orientación sexual (25,8%) y las creencias religiosas (16,6%).

Aunque las redes sociales son uno de los principales espacios donde proliferan estos discursos, no son el único espacio. Los medios de comunicación también juegan un rol importante, donde algunos programas y debates refuerzan estereotipos y prejuicios, favoreciendo la polarización de actitudes entre la población. En los entornos escolares, el acoso motivado por la nacionalidad, género o identidad sexual ha incrementado, y espacios públicos como parques, eventos deportivos y transporte también se han convertido en escenarios de agresiones.

Este clima de polarización y desafección social influye profundamente en la juventud. La exposición constante a discursos de odio, ya sea como testigos o víctimas, genera ansiedad, inseguridad y aislamiento, además de fomentar la deshumanización de los grupos diana de tales discursos. El acoso y la discriminación, dentro y fuera de las aulas, se han convertido en una realidad que afecta al bienestar emocional y social de los y las adolescentes, además de erosionar los valores de convivencia y respeto.

Sin embargo, los y las jóvenes están desempeñando un papel crucial en la lucha contra estos discursos. A través de movimientos juveniles, asociaciones y el activismo en redes sociales, la juventud ha demostrado ser una fuerza clave para contrarrestar la intolerancia.  Multitud de jóvenes han impulsado campañas de concienciación y proyectos educativos que promueven la empatía, el respeto y la inclusión, como señalan desde Fad Juventud (28 de junio de 2024). Además, están utilizando las plataformas digitales, no sólo para denunciar discursos de odio, sino también para promover narrativas positivas y constructivas que fomenten el entendimiento y la diversidad. Según la Red Española de Aprendizaje-Servicio (s.f.), los y las jóvenes han sido protagonistas en iniciativas que promueven la educación en valores y el respeto por la diversidad, destacándose su capacidad de movilización en redes sociales para campañas contra el racismo, el machismo y la homofobia.

Plataforma de Infancia España (2022) y el Instituto de la Juventud (2021) subrayan que la juventud está utilizando plataformas digitales no sólo para denunciar los discursos de odio, sino también para promover narrativas positivas, iniciativas de apoyo a víctimas y crear conciencia sobre los efectos del acoso. Destacan que más del 50% de los y las adolescentes en España ha participado en alguna campaña o acción en línea contra el odio y la discriminación.

El papel activo de los y las jóvenes en la lucha contra el odio es esencial para cambiar las dinámicas sociales. Al rechazar la normalización de la violencia, actuar como agentes aliados de las personas afectadas y promover el diálogo, los y las jóvenes contribuyen a crear una sociedad más justa e igualitaria, desde sus contextos cercanos. Según el informe Juventud en España 2020 (INJUVE, 2021), la movilización juvenil en favor de los derechos humanos y la igualdad está en auge, con más del 60% de los y las jóvenes involucrados en actividades que buscan contrarrestar la discriminación y la violencia. Su capacidad de movilización, tanto en el entorno digital como en el físico, es un motor de cambio fundamental para frenar el impacto de los discursos de odio en España.

 

 

 

Ante este panorama actual de aumento del discurso de odio en la población joven, tiene mucho más sentido el trabajo que se hace desde la EpDCG que emerge como un proceso educativo transformador, donde la inclusión y reconocimiento de la diversidad son pilares fundamentales de su teoría y práctica. La EpDCG nos ofrece un marco para entrenar la reflexión crítica, para analizar la realidad en todas sus dimensiones y promover cambios de actitudes en la ciudadanía en la construcción de un mundo más justo, equitativo y sostenible para todas las personas del planeta. 

Por eso trabajar desde la EpDCG en espacios educativos conlleva trabajar en la prevención de discurso de odio, o yendo mucho más lejos, implica construir espacios de cuidados que sean reflejo de la sociedad en la que creemos, donde nadie se sienta excluido y en la que “reine” la justicia, la tolerancia, la solidaridad y en definitiva el amor.

Al hablar de espacios educativos, nuestra mente nos lleva directamente a pensar en la escuela; sin embargo, el ámbito educativo también incluye asociaciones de tiempo libre y vecinales, centros culturales y de ocio, centros deportivos y otros centros de  educación no formal. Además, cada vez toma más fuerza otros espacios de educación como son  los medios de comunicación y las redes sociales (educación informal). Estos se han convertido en lugares privilegiados para educar, ya que un porcentaje muy alto de la población los utiliza ofreciéndonos un amplio espectro de diversidad y muy variadas oportunidades de aprendizaje. Las redes sociales nos posicionan en un reto continuo, porque forman parte de un espacio real de convivencia pero no físico, sino  virtual. No existen normas como tal y en ocasiones los códigos de conducta están supeditados al criterio del propio usuario, salvo lo que dentro del código penal esté estipulado como delito.

Las redes sociales son los “nuevos patios colegiales” donde se comparten opiniones, reflexiones, vídeos, imágenes, juegos, amigos, historias, trabajos e incluso “amores”. Por eso, es tan importante hacer consciente la necesidad de generar espacios virtuales seguros y de convivencia pacífica, donde se hace imprescindible la labor educativa de instruir, guiar, animar y acompañar, ayudando a construir un pensamiento crítico que sirva para evaluar la veracidad de la información y distinguir las fuentes fiables de las que no lo son.

En definitiva, la EpDCG es un proceso educativo formal, no formal e informal que nos marca un camino para reivindicar, defender y garantizar la justicia social, impulsando a las personas a no permanecer pasivas ante las desigualdades, injusticias y vulneración de derechos, tanto en los espacios más inmediatos en los que convivimos cada uno de nosotros y nosotras (físicos y virtuales), como en los espacios que viven otras personas de  otros lugares del mundo.

 

 

 

Según la LOMLOE, la prevención del discurso de odio en las aulas no es una opción, sino una obligación, ya que establece de manera explícita la necesidad de garantizar la inclusión, equidad y respeto a la diversidad en el sistema educativo. Este mandato legal exige que las escuelas promuevan entornos seguros y de convivencia positiva, alineados con los principios de respeto mutuo y eliminación de cualquier forma de discriminación. El Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA), mencionado como herramienta fundamental en la ley, permite precisamente diseñar un entorno pedagógico que favorezca la participación de todos los alumnos, minimizando las barreras que puedan derivar en situaciones de exclusión o violencia.

El DUA se basa en la idea de que todo el alumnado, independientemente de sus capacidades, culturas, religiones o identidades, deben tener acceso a una educación equitativa y libre de barreras. 

La propia LOMLOE introduce el DUA como un enfoque obligatorio para el diseño pedagógico en los centros, lo que implica que su implementación es necesaria para cumplir con los objetivos de la ley, incluidos los de inclusión y prevención del discurso de odio.

Además el DUA no solo se enfoca en el contenido académico, sino también en el desarrollo de competencias sociales y emocionales. Esto incluye la enseñanza de habilidades como la empatía, la resolución pacífica de conflictos y el respeto por la diferencia, que son esenciales para prevenir el discurso de odio.

Al enseñar al alumnado a entender y respetar las diferencias, se reduce el riesgo de que aparezcan comportamientos hostiles o discriminatorios. El DUA proporciona herramientas para que las y los estudiantes se involucren en interacciones respetuosas y colaborativas, lo que fomenta un clima de convivencia pacífica y constructiva en el aula.

En conclusión, se señala que la equidad e inclusión son principios fundamentales de la LOMLOE, y el DUA es un mecanismo clave para su implementación, por lo que prevenir el discurso de odio nunca debería ser una opción del docente sino una obligación y un compromiso . 

“EnRÉDate por la interculturalidad” es un convenio de EpDCG de cuatro años, (2022-2026) financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (AECID) y liderado por la Fundación Jóvenes y Desarrollo, en consorcio con la Fundación Bosco Global. Esta iniciativa surge como respuesta al aumento de discursos de odio que se ha intensificado en los últimos años (OBERAXE, 2024; Ministerio del Interior, 2024; Observatorio de pobreza, desigualdad y exclusión, s.f.), como mencionamos anteriormente.

La intervención tiene como objetivo ofrecer herramientas al Estado, la comunidad educativa (incluyendo espacios educativos, universidades, entidades del tercer sector, profesorado, familias y alumnado) y a la sociedad en general, para prevenir actitudes racistas, xenófobas y machistas. Se busca fortalecer la ciudadanía global, promover el respeto a la diversidad cultural, fomentar el análisis crítico y el compromiso activo de la juventud.

Una de las herramientas clave de este convenio es la campaña de comunicación Generación G , desarrollada con la participación de jóvenes de diversos proyectos de la Coordinadora Estatal de Plataformas Sociales Salesianas (CEPSS) de distintas regiones de España (Madrid, Castilla y León, Andalucía, Cataluña, Comunidad Valenciana y Canarias), en colaboración con La Agencia de Comunicación Chocolate. 

El objetivo de Generación G es “fomentar desde las voces juveniles el pensamiento crítico y la conciencia global para impulsar un cambio social con enfoque glocal, fortaleciendo actitudes y valores basados en la inclusión y la interculturalidad, y promoviendo el compromiso activo de la juventud como agentes de cambio que contribuyen al logro de los ODS”.

El proceso de creación de la campaña se llevó a cabo durante una jornada presencial utilizando la metodología Design for Change (DFC). Los jóvenes reflexionaron sobre el concepto de interculturalidad, cómo les afecta y cómo desean comunicar su visión al mundo, desafiando estereotipos y promoviendo la diversidad como una riqueza. A partir de este proceso, nació «Generación G», una generación que celebra la diversidad y se define como iGualitaria, miGrante, Global, de Gente Diversa e InterGeneracional, entre otros valores. Finalmente, la campaña se plasmó en una pieza audiovisual, realizada con La Agencia Chocolate, que invita a la sociedad a reflexionar sobre el tipo de generación a la que desean pertenecer, poniendo el foco en aquello que nos une y que nos interpela y anima a convertirnos en agentes de cambio por la igualdad y la justicia.

A partir de la reflexión sobre este proceso, se destacan algunos aspectos clave que pueden orientar la práctica educativa. Nos gustaría destacar el trabajo con jóvenes donde el protagonismo reside en las y los jóvenes. No se trata solo de darles voz, sino de reconocerlos como sujetos con derechos, como ciudadanos activos en el presente y como motores de cambio. Esta perspectiva centrada en la juventud (INJUVE, 2022; Aldeas Infantiles SOS Internacional, 2017), que sustenta tanto el Convenio como la campaña, nos impulsa a repensar continuamente nuestra visión sobre los jóvenes, desmantelando estigmas y prejuicios adultocéntricos.

Esta campaña está disponible en la propia web del Convenio junto con otras herramientas elaboradas en este marco para trabajar la prevención de discurso de odio de la mano de las personas más jóvenes. Invitamos a todas las personas que quieran  sumarse a la G-Letter para formar parte de esta generación de generaciones. Y tú ¿quieres ser Generación G?

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JULIA GARCÍA PALMA, PALOMA MONTERO, ALBA QUIRÓS
Fundación Jóvenes y Desarrollo (Misiones Salesianas)

Bibliografía

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Debén, P. (23 de junio de 2020). Educar a la ciudadanía global. El país. Recuperado el 17 de marzo de 2021 de https://elpais.com/elpais/2020/06/19/planeta_futuro/1592583554_656003.html

España. Ministerio de Educación y Formación Profesional. (2020, 29 de diciembre). Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre, por la que se modifica la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación. Boletín Oficial del Estado, núm. 340, de 30 de diciembre de 2020, pp. 125864-126001. BOE núm. 340, de 30 de diciembre de 2020: https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2020-17264

Häusinger, S., Montero, P., Ravina, E., Rodríguez, A. (2024) Transformar el mundo desde el aula. Revista Educadores nº288, 14-24.

Jóvenes y Desarrollo. (2023). Plan Estratégico de Educación Para el Desarrollo y la Ciudadanía Global (2023-2026). https://jovenesydesarrollo.org/wp-content/uploads/2024/02/plan-estrategico-ts-jyd.pdf 

Mesa, M. (2000). La educación para el desarrollo en la Comunidad de Madrid. Tendencias y estrategias para el Siglo XX Ihttp://www.ceipaz.org/educacionparaeldesarrollo/ 

Vergara, J. J., & Murillo, F. J. (2021). Miradas que educan. 

Ajuntament de Barcelona (s.f.). #BCNvsOdi. https://ajuntament.barcelona.cat/bcnvsodi/es/

Aldeas Infantiles SOS Internacional (2017). Enfoque de juventudes. Una aproximación desde los Derechos Humanos, las diversidades y el desarrollo de las personas adolescentes y jóvenes. Laam.

Abstract

In Spain, hate crimes have increased, with racism, xenophobia, and sexual orientation standing out as the main causes. Factors such as inequality and prejudice, amplified by the media, contribute to their spread. Young people are actively fighting against hate through social media and youth movements that promote inclusive narratives. Initiatives like EpDCG encourage critical thinking and the creation of inclusive spaces. The LOMLOE also establishes the prevention of hate speech as an educational mandate, supported by tools such as UDL (Universal Design for Learning). Projects like «Generation G» focus on youth leadership, inviting them to become agents of change in the fight against hate speech, promoting respect and cultural diversity.

 

 

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